EUROPA
PRESS
20 noviembre
2020
Un
estudio apunta que los mangos pueden reducir las arrugas faciales en las
mujeres
Los mangos, al igual que otras frutas y
verduras naranjas, son ricos en betacaroteno y proporcionan antioxidantes que
pueden retrasar el daño celular. Un nuevo estudio de investigadores de la
Universidad de California en Davis (Estados Unidos) ha evidenciado que comer
mangos 'Ataulfo', también conocidos como mangos de
miel o de champán, podría tener otro beneficio: la reducción de las arrugas
faciales en mujeres mayores con piel más clara.
En este trabajo, publicado en la revista 'Nutrients', las mujeres posmenopáusicas que comían media
taza de mangos 'Ataulfo' cuatro veces por semana
observaron una reducción del 23 por ciento en las arrugas profundas después de
dos meses y del 20 por ciento después de cuatro meses.
"Esa es una mejora significativa en las arrugas",
explica la autora principal de la investigación, Vivien
Fam, quien advierte, no obstante, de que "las
mujeres que comieron una taza y media de mangos durante los mismos períodos de
tiempo vieron un aumento en las arrugas". "Esto demuestra que aunque
un poco de mango puede ser bueno para la salud de la piel, demasiado puede no
serlo", apostilla.
Los investigadores explican que no está claro por qué el
consumo de más mango aumentaría la gravedad de las arrugas, pero especulan que
podría estar relacionado con una cantidad robusta de azúcar en la mayor parte
de los mangos.
En el estudio clínico piloto aleatorio participaron 28
mujeres posmenopáusicas con piel de tipo II o III (piel que se quema más
fácilmente que la que se broncea, según la escala Fitzpatrick).
Las mujeres se dividieron en dos grupos: un grupo consumió media taza de mangos
cuatro veces a la semana durante cuatro meses, y otro consumió una taza y media
durante el mismo período de tiempo. Las arrugas faciales se evaluaron con un
sistema de cámara de alta resolución.
"El sistema que utilizamos para analizar las arrugas
nos permitió no solo visualizarlas, sino también cuantificar y medirlas. Esto
es extremadamente preciso y nos permitió capturar más que la apariencia de las
arrugas o lo que el ojo podría ver", detalla otro de los responsables de
la investigación, Robert Hackman.
El estudio examinó la gravedad, la longitud y el ancho de
las arrugas finas, profundas y emergentes. El grupo que consumió media taza de
mangos vio mejoras en todas las categorías. Fam
resalta que se necesita más investigación para aprender los mecanismos detrás
de la reducción de las arrugas. Según su hipótesis, puede deberse a los efectos
beneficiosos de los carotenoides (pigmentos de plantas anaranjadas o rojas) y
otros fitonutrientes que podrían ayudar a construir
colágeno.